Carina Zampini y su vida de separada
- carinazampinifan
- 6 ene 2010
- 4 Min. de lectura
A pesar que tiene 15 años de trayectoria, es su primera vez en Mar del Plata y también su debut en comedia. Según resume Carina Zampini, ahora se dieron todas las condiciones: su hijo Manuel (11) está más grande, ella vive un proceso de separación luego de una convivencia de 12 años y por el momento no hace televisión. La actriz pensó que lo mejor era pasar dos meses en la costa y darse el permiso de este desafío.
Cuando regrese a Buenos Aires, en marzo comenzará a grabar Malparida, para las tardes del trece, con Juanita Viale y Gonzalo Heredia. Mientras tanto disfruta de Rumores, la obra que protagoniza en el Provincial con Carlos Calvo, Nicolás Vázquez, Reina Reech, Andrea Frigerio, Diego Perez, Marcelo De Bellis y Eunice Castro.
“A esta altura de mi carrera podría pensar que no es necesario arriesgarme a hacer otra cosa, que podría quedarme en el lugar donde me manejo con cierta seguridad, y estoy cómoda. Pero me gustan los desafíos y esta vez cuadro todo. No es que no haya querido hacer teatro en todos estos años, pero me iba bien en la tele y quería dedicarme a mi familia. Ahora Manu está más grande y fue importante saber que lo podía traer a Mardel. Estoy sola y mi hijo requiere de atención y cuidado. Así que cuando tengo que ir al teatro, sé que se queda en el cuarto, mirando tele o jugando con Facu, el hijo de Carlin. Y después de las funciones vamos a cenar. A veces Karina, la mujer de Carlin, me da una mano porque yo estoy sola. Es más llevadero si tenés alguien al lado”, explica casi en un monólogo.
-En un par de minutos remarcaste que estás sola…
-No me refiero a no tener pareja, sino a que no pude venir con mi mama porque trabaja y mi suegra también está ocupada.
-Dijiste suegra y no ex suegra…
-Sí, porque la adoro. Igual, con Pablo estamos en un proceso.
-¿Y cómo es ese proceso? Lo conociste cuando tenías 16 años.
-Si pero convivimos durante 12.
-Es tu primer verano de soltera. ¿Lo aprovechas para salir?
-Si querés saber si voy a bailar, no. No es mi estilo. Prefiero juntarme a comer un asado con amigos; no me hallo en un boliche. El otro día fue el cumpleaños de Eunice Castro y fuimos a cenar y nos quedamos bailando y la pasamos bárbaro. Pero fue algo puntual.
-Tampoco conoces otra manera de vivir, más que en pareja. ¿Verdad?
-Es cierto eso. Pero intento hacer lo que me hace sentir cómoda. Y además tengo a Manuel, aunque hay semanas que esta con el papá. Acá mi vida depende de si mi hijo está conmigo o no. Si Manu está conmigo, tengo que ir a la pileta, a la playa y no puedo relajarme o leer.
Cuando se va con el papá, armo otros programas. Todavía estoy encontrándole la vuelta a Mar del Plata…..viendo de qué se trata.
-¿Sos complaciente como mamá?
-En la medida que puedo, sí. Manuel no es caprichoso ni obstinado. Es un nene inteligente y maduro como para entender algunas cosas.
-¿Tiene los caprichos de hijo único?
-No, pero si costumbres de hijo único. Y nunca deseo tener un hermanito. Quería que adoptáramos un chico de su edad.
-¿Y cómo estás viviendo esta transición?
-Estoy más o menos en la misma situación que con el teatro en Mar del Plata.
Viviendo algo nuevo, tratando de acomodarme, de ver las formas y las maneras. Estoy bien y contenta con una actividad que me interesa. Las cosas se dieron así y la decisión de separarnos fue para estar mejor y para que nuestro hijo este bien.
-¿Es definitiva esta separación?
-No me gusta hablar de cosas definitivas. No sé qué va a pasar. Es mi primera experiencia en una ruptura y estoy experimentando. Esta separación no es producto de algo terrible, de engaños, de decepciones y dolores. Es producto de la vida misma, así que no me animo a decir si es definitivo o no. Es un proceso. Tampoco quiero cerrarme a nada; es parte de la vida. La idea es estar bien y nos llevamos bárbaro porque somos dos buenas personas, padres presentes, y la verdad, es que nos queremos. Después se verá si estamos mejor juntos o separados. No lo sé. Ahora los dos estamos tranquilos, interesados en que Manuel este bien.
-¿Necesitaste hacer una terapia que te ayudara en esta transición?
-Sí. No soy dependiente de la terapia pero sentí la necesidad y fui. Ahora corte porque vine a Mar del Plata. Me sirve para tratar determinadas crisis y situaciones vertiginosas. Después trato de hacerme cargo de mi vida y de ver por mí misma sin sentir dependencia del psicólogo.
-Tenés 34 años, ¿Te gustaría tener otro hijo?
-Estoy bien con Manuel, y con Pablo no tuvimos otro hijo porque así lo decidimos. Quiero dedicarme a Manuel y me encanta mi trabajo. Todo no se puede. Es desgastante la demanda que tenés por todos los costados. Siempre dije que prefería tener un hijo y poder dedicarme y ocupar el rol de mama como corresponde. Pensé en tener otro cuando encontrara ese tiempo. No se dio, aunque me encantan las familias numerosas. Y de viejita me imagino con hijos y nietos, cocinando para la familia.
-¿Y pensás en volver a enamorarte?
-No quiero proyectar las cosas, no sé qué va a pasar.
-Dicen que las personas que están en crisis necesitan un cambio, ¿a eso se debe el cabello rubio?
-En la tira Mujeres de nadie ya estaba rubia. El cambio es que, además, mi corte ahora es con flequillo. Mi peluquera me propuso este look, accedí y ahora no me lo puedo cambiar, porque en Malparida me quieren con este color y corte de pelo.
-¿Y te gustas?
-Sí, ya me acostumbre. Al principio me veía rara. La verdad es que tardo en cambiar el look porque soy fiaca e ir a la peluquería es un trastorno. Trato de simplificar.
-¿También sos fiaca para cuidarte?
-Me cuesta hacer gimnasia pero me cuido en las comidas porque tengo tendencia a engordar. No vivo a lechuga porque sería una infeliz. Si quiero comerme un asado, lo disfruto.
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